LONDRES.- Fanáticos hay muchos, pero algunos son más fanáticos que otros. Frente a la abadía de Westminster, donde el viernes se celebrará la boda entre el príncipe William y Kate Middleton, la gente empezó a ocupar sus lugares. John Loughrey, de 56 años, lleva el título de haber sido el primero en llegar y duerme allí desde el lunes. Vestido con una remera en la que puede leerse "Diana Would Be Proud" (Diana estaría orgullosa) bajo una foto de los novios, dice estar dispuesto a aguantar hasta el viernes. "Aquí estoy, aquí me quedo", desafió.
Otros, menos osados, se instalarán en un gran campamento para centenares de turistas que han pagado para dormir en carpas. El brasileño Toninho Oiticica y su novia, Gracinha, están entre ellos. Llegaron el domingo y confesaron que su motivación es la moda. "Ambos estudiamos diseño y queremos ver el vestido de Kate, pero también los trajes de los invitados", explicó Gracinha. "Venir aquí es una inversión, porque creo que nos servirá de inspiración", añadió Toninho, de 27 años.
En cambio, a la estadounidense Marcia Fields lo que la convocó en Londres es la memoria de la princesa Diana. "Yo adoraba a Lady Di, lloré varias horas cuando ella murió", dijo esta rica texana de 50 años. "Tenía que estar aquí para la boda de su hijo, y espero volver para su coronación", agregó mientras tomaba fotos de la abadía.
Mientras crece vertiginosamente la población de Londres, la Policía instó a cooperar con el operativo de seguridad. "Tengan los ojos y los oídos alertas", pidió Christine Jones, comandante de Scotland Yard, aunque reconoció que no se han recibido amenazas. Más de 5.000 agentes participarán en el megaoperativo. Algunos medios deslizaron que el IRA podía producir un atentado.
Jugarretas del tiempo
El cielo azul y el sol que reinaron en Gran Bretaña durante el largo fin de semana de Pascua mutó ayer por el gris, su color habitual. Si se confirman los pronósticos, la tan esperada primera imagen de la novia y de su vestido puede incluir un paraguas. Según los pronósticos, el brusco cambio en las condiciones del clima no amainará.
En tanto, el director de la Asociación de la Prensa Extranjera, Christopher Wyld, calcula que llegarán unos 7.000 corresponsales. Posiblemente los más numerosos sean de EEUU, que parece apasionarse más por esta boda que Gran Bretaña. "Nuestra cobertura será incluso más grande que la de los Juegos Olímpicos", afirmó un vocero de la NBC, canal que ya ha comenzado a transmitir desde Londres. (AFP-NA-DPA)